A partir de este momento he pensado que
mucha gente debería tener este mismo sentimiento muchas veces.
Incluso que debía haber gente que al igual que yo hacia mucho tiempo
que no jugaba. Que no se acordaban de sentir la
emoción de que no te pillen , de que no te encuentren o incluso de
llegar antes a coger el balón que el compañero.
Quizás volver a
jugar a juegos “de niños” pero esta vez con 18 años o más nos
haga valorar otros aspectos de estos juegos. Me gustaría recordar
todo lo que nos aporta el juego. El juego nos enseña, el juego nos
hace pensar, nos hace hacer ejercicio, nos hace conocer gente y los
más importante no hace disfrutar y no pensar en nada más en aquel
momento.
A lo que voy, mi
idea, es hacer un taller del juego para jóvenes y adultos. Gente que
tenga ganas de moverse, comunicarse y divertirse recordando y
aprendiendo a jugar a nuevos juegos. Yo propondría algunos que creo
innovadores y en los cuales nos pudiéramos divertir, no obstante
estaré abierto a cualquier tipo de aportación de alguno de los
participantes. Me gustaría también acompañar el taller con una
pequeña reflexión por parte de los participantes, para que las
personas se pregunten el porque de la perdida de este espíritu y
ganas de jugar y preguntarnos también a que dedicamos el ocio hoy en
día.
Finalmente decir que yo, muchas veces he jugado con 23 años al escondite, al pilla pilla y a otros juegos semejantes y que he sentido la misma emoción y he disfrutado muchísimo. Si eres una persona vital y con ganas de divertirte estoy seguro de que vas a disfrutar si vuelves a jugar.